sábado, 24 de diciembre de 2005
Tarde de Navidad
Así se empezó a colar la noche buena por la azotea de mi apartamento. Mientras el alma llena de polvo comienza a sudar y a agrietarse.
domingo, 11 de diciembre de 2005
Volver al Paraíso
Los espíritus vuelven a juntarse
en la comisura de la herida.
Vieja herida que descuelga arena, carne
y un poco de algo incoloro.
Rumoran los infames un final feliz
poblado de cuervos como en los cuentos
de Allan Poe.
¿Regreso a ellos o ellos regresan a mí?
No lo sé.
Tal vez añorando sus tridentes
he invocado sus salmos que hoy me torturan.
Beso sus alas negras. Me refugio en su veneno
para recordar que muy adentro
me espera el vacío de los nuevamente caídos.
en la comisura de la herida.
Vieja herida que descuelga arena, carne
y un poco de algo incoloro.
Rumoran los infames un final feliz
poblado de cuervos como en los cuentos
de Allan Poe.
¿Regreso a ellos o ellos regresan a mí?
No lo sé.
Tal vez añorando sus tridentes
he invocado sus salmos que hoy me torturan.
Beso sus alas negras. Me refugio en su veneno
para recordar que muy adentro
me espera el vacío de los nuevamente caídos.
domingo, 4 de diciembre de 2005
Casi 5 de diciembre
Hoy es 4 del mes doce y se acerca un cinco imborrable de dolor.
No sé si desde el 8 de octubre, fecha de su nacimiento, él haya vuelto aquí a recordarme sus manos herrumbrosas, su tez nacarada del color de la miel. Tal vez mañana sienta de nuevo su voz arrancándome lágrimas de palabras, tal vez me persiga con su aliento de humo y su piel de cigarrillo, tal vez solo pida una taza de café y me devuelva a éste rueda de recuerdos, a ésta llaga abierta en las palabras "Lo Extraño", "Me dueles", "quiero estar contigo, padre". Y es que quiero estar con él de nuevo para hablar de las puestas de sol y arrancarle a la vida el olor de los sueños inconclusos.
No sé si desde el 8 de octubre, fecha de su nacimiento, él haya vuelto aquí a recordarme sus manos herrumbrosas, su tez nacarada del color de la miel. Tal vez mañana sienta de nuevo su voz arrancándome lágrimas de palabras, tal vez me persiga con su aliento de humo y su piel de cigarrillo, tal vez solo pida una taza de café y me devuelva a éste rueda de recuerdos, a ésta llaga abierta en las palabras "Lo Extraño", "Me dueles", "quiero estar contigo, padre". Y es que quiero estar con él de nuevo para hablar de las puestas de sol y arrancarle a la vida el olor de los sueños inconclusos.
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