domingo, 20 de septiembre de 2009

Torre dos Clérigos

Soy una caricia de piedra
que coronada de campanas
se hace oir a la distancia.

Alimento mi alma
con plegarias ajenas:
viejas rubias sudorosas
casi inútiles;
viejos blancos casi ciegos
aún risueños.

Es mi presencia
el grito del pasado
destinado a perderse
entre el tráfico de ocho horas
y el olor de las estrellas.

2 comentarios:

Paola TN dijo...

Esta frase me ha gustado mucho

el grito del pasado
destinado a perderse

Lindo...buen blog

Exitos

Luciana dijo...

Muy inspirador! Es muy bueno estar en Porto otra vez y saber que por estas calles tan preciosos versos surgieron, fertilizando y sensibilizando la dura realidad.
Buen Blog, realmente! Un abrazo y hasta un día!

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