Sostengo con indiferencia
La mirada que la luna me tiende
Voces mojadas
quizás por el llanto o la inquieta lluvia
-Caen como pequeñas monedas de bronce
Sobre un suelo de mármol profundo.
Una lengua milenaria besa salmos inconclusos
Quemándose bajo lo oscuro de una prenda.
Flores disputándose palcos de honor
Rostros atrapados bajo el temblor de los cirios.
La tierra está húmeda
Siento la saliva de su boca
Y el suave desmorone de su vientre.
El cielo galopa sobre briosos corceles
Mientras mi sangre sigue desnudando
El suave beso de un puñal en la penumbra.
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