Cuerpo sin fin
Sin límites
Habitado en la nada
Por caídas de otoño
El beso del frío cerrando
El principio de dos manos enlazadas
Bajo una selva en extinción.
Mirando a través de la vieja cerradura
Llegan los mundos impensables
Del tiempo
Y se congelan en la memoria
Desnudos los instintos como dos aguas.
Tanta soledad oculta y habitada
Alcanza la punta del papel
Y prepara el límite de la niebla.
Levedad de cuerpos mutilados
En la ceniza.
Levedad de pesos cada vez más
Densos en su oscura eternidad.
Y como dos mares congelados
En la punta de una lágrima
Los recuerdos se conservan
Mientras Picasso se desnuda bajo el agua.
viernes, 11 de febrero de 2005
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