
El sitio estaba lleno de humo, la música: la de siempre. Las parejas inundaban la pista y otras mujeres ocupaban el lado derecho a la espera de clientes. Nos sentamos y llamamos a dos. Una se acercó y le presentamos a Camilo, ella desafiante le plasmó un beso en la boca, tal vez esa pose de niño indefenso la motivó muy a pesar de su gabán beis y sus gafas de intelectual. Le dijimos que hiciera algo por él y rápidamente subió el pie derecho sobre la silla, casi oprimiéndole el miembro. Llevó su mano izquierda bajo la mini, corrió su calzón y metión en su vagina el cigarrillo que llevaba en la otra mano. Lo introdujo para volverlo a sacar y colocárselo en la boca a Camilo quien resistió asqueado por más que intentamos convencerlo con el ejemplo que le dábamos. Fuimos al baño e intercambiamos dos toques de perica bajo la sospecha de la mujer. Pedimos otras cervezas y luego dedicimos partir. Estuvimos deambulando casi una hora. Llegamos a otro bar, le dije a Alonso que le pagara a la puta por adelantado. Me la llevé a la pieza y no se me paró, el licor y la droga estaban haciendo mella, le dije que me lo chupara pero asustada se negó, tal vez empezó a verme cara de depravado, cosa bien extraña en una gordeta acostumbrada a las desbraguetadas de cualquier camionero.
Continuamos caminando y llegamos a la quince, nos encontramos una pareja de desechables. Alonso los abordó preguntando por más perica, ellos a cambio nos pedían un sorbo de ron; les dijimos que no y empezaron a amenazarnos. Nos arrebataron la botella y le hicieron un corte a Alonso en la cara y otro en el vientre, al ver la sangre Camilo cruzó al otro lado de la vía, paró un taxi el cual en un principio se negó a llevarnos al ver la sangre. Alonso intentaba devolverse a pelear, tuvimos que meterlo casi a la fuerza. Entramos a Urgencias y allí nos despedimos, eran las seis y media de la mañana, había que ir a trabajar en la tarde y un médico amigo de Alonso se haría cargo de él. Al despedirme de Camilo había olvidado decirle que en la noche me llevara a la casa el libro de poesía con las gacetas de la tertulia.
5 comentarios:
uffffff que faena...
Marcando el camino, viejo lobo. Saludos.
Una visita...
con derecho a crítica...
un abrazo amigo...
ah bestia, la idea es que tú me visites y me critiques.. jajaja
http://brenda-abril.lacoctelera.net/
bueno, aprovecho para otro abrazo
jajajajja
Que días aquellos...todavia la herida duele a veces... pero más el recuerdo de nuestro sino...
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